Aquella que realmente consiga reducir los síntomas desde la primera intervención y en el minimo tiempo posible, para devolverle el control de su vida.

En este sentido, sabemos que ésta es sin duda la opción óptima después de miles de clientes satisfechos, por su fiabilidad

Esta terapia, con base neurocientífica, no va a darle vueltas a la cabeza, sino que va al grano, a desactivar el sistema nervioso autónomo que es el que está reaccionando y agobiándonos.

Es la activación que se produce en nuestro sistema nervioso simpático, como respuesta a una potencial amenaza, para poder huir, luchar o quedarse congelado y así sobrevivir

Al contrario que la del estrés, es la respuesta de nuestro sistema parasimpático que va a frenar al simpático y su torrente de hormonas activadoras, inyectando hormonas regenerativas al sistema. Es el que se activa cuando estamos profundamente relajados, como por la noche al dormir profundamente, que es cuando el cuerpo y la mente se regeneran.

Al estar el sistema del estrés activado por la ansiedad, esas hormonas activadoras nos mantienen en alerta, enviandonos mensajes de posibles amenazas a la mente para ello, lo cual no nos va a permitir descansar ni regenerarnos.

Llega un momento que el estrés y la ansiedad se vuelven crónicos, con lo que nuestro cerebro se desborda ante la imposibilidad de cambiar nada, con lo que deja de segregar serotonina, que es un neurotransmisor que genera la disposición a la vida, la ilusión, motivación. 

Las sesiones son de un máximo de 45 minutos, donde se explora brevemente el problema, se aplica la desactivación y se eliminan las causas inconscientes de los miedos y angustias. Esto puede realizarse entre 1 sesión y 8, según la profundidad del trauma.