No existe la zona de confort

Cuidado con el hombre que habla de poner las cosas en orden. Poner las cosas en orden siempre significa poner las cosas bajo su control.

DENIS DIDEROT

¡No te engañes! 

La zona de confort es simplemente tu “zona de control de tus miedos”, o sea, una vida diseñada para huir de lo que temes, un castillo con muros lo suficientemente gruesos como para que no entre nadie a “activar” tus temores, evitando retos que te estresen y te desequilibren, una vida constreñida donde nada puede entrar a tocar tus límites internos y hacerte sentirte pequeño, débil, frágil e inseguro.

Es tú “zona de seguridad”, que primero has ido creando dentro de ti y luego has ido materializando a base de decisiones e indecisiones, tanto a nivel personal como profesional.

Cada decisión ha sido tomada para “evitarte sufrir”, esos son los muros de la mal llamada “zona de confort”.

¿Cómo sé que estoy en mi “Zona de Control”?

  • Simplemente asume un reto: apúntate a un curso en otra ciudad, donde tengas que vivir varios meses fuera de tu casa, compartiendo piso con gente de otros países.
  • Toma cualquier acción, que sea definitiva, en la dirección de tus sueños y deseos, como por ejemplo bajarte la aplicación de Tinder para dejar entrar a alguien nuevo en tu vida, o presentar tu proyecto en una web donde compartir tus ideas para crear un equipo
  • Vender tu casa y cambiar de ciudad
  • Dejar ese esclavizante trabajo o pareja…
  • Haz un primer paso en esa dirección y entonces sabrás lo que estabas ocultando en tu “zona de control” y cómo empiezas a activar tu eje del estrés para “evitar la confrontación”.

HACKEANDO LA AMÍGDALA CEREBRAL COMO EJE DE LA ZONA DE CONTROL

Nuestra amígdala cerebral es el centro de control de las amenazas del entorno, guardando las memorias emocionales de aquello que ha supuesto una amenaza para nuestra supervivencia.

El asunto es que, para el individuo actual, cualquier cosa puede suponer una amenaza a la supervivencia…de su Ego.

Hemos construido una realidad artificial fuera de las amenazas físicas del entorno, de modo que solo nosotros mismos somos la amenaza para los demás. 

Morirte en la moto, que te atropellen, el que se drogue tu hijo, el verte gorda o fea, el que te suspendan, a ti o a tu hijo, el que te rechacen, el quedarte sin trabajo, el banco, la hipoteca, el vecino de enfrente, el socio, la pareja, ¡cualquier persona puede suponer un reto a tu “sensibilidad emocional”, que te haga sentirte tan herido como si recibieses un zarpazo de un León!. 

En fin, que hemos creado un juego, un sistema, con unos roles donde unos ganan y otros pierden, donde para sobrevivir, tienes que tener dinero y eso implica una competencia feroz porque se nos hace creer que hay escasez de recursos y que solo unos pocos pueden  llegar a ser libres. 

Donde se nos ofrecen una serie de patrones de conducta y aspecto que tienes que adquirir para poder acceder a sobrevivir dignamente.

Todo esto crea un sistema de estrés social sumado a los traumas heredados de casa y del colegio…

La cuestión es que en la actualidad se nos programa para, por un lado vivir estresados, y por otro, evitar el sufrimiento y la confrontación. 

Esto programa nuestra amígdala para activarse por la vía de huida en vez de la vía de lucha.

¿Qué es lo que percibimos hoy como amenaza? 

  • Todo lo que consideramos que nos puede hacer sufrir, tanto por herencia educativa como por experiencia vivida en la sociedad actual.
  • Así, cuando vemos cualquier amenaza presente, lo que nos nace es huir y crear estrategias de evitación.
  • Evitar sufrir a toda costa y buscar una “zona de control” que sintamos que dominamos emocionalmente y que no supone un reto para nosotros.

Esa es la verdadera zona de confort. Una vida construida para evitar conflictos y confrontaciones con lo que nuestra amígdala ha anclado como una amenaza para nosotros.

Así pues, escogemos la pareja “perfecta” que no nos saque de nuestras casillas y tenga una conducta que “nos asegure que no va a saltarse mis reglas de seguridad”.

  • Huimos de relaciones que nos generen inseguridad, aunque nos parezcan interesantes y atractivas.
  • Huimos de trabajos donde podamos sentirnos incapaces o inseguros con lo que apostamos a bajos perfiles que sentimos que podemos dominar.
  • Evitamos exponernos a situaciones sociales donde sentirnos intimidados y avergonzados.
  • Nos relacionamos solo con grupos “conocidos o familiares” que sabemos por donde van y cómo controlarlos, evitando o expulsando relaciones y grupos humanos que obliguen a adaptarme.

CONSTRUYENDO UN CEREBRO RESILIENTE Y ADAPTATIVO

El objetivo de este modelo de entrenamiento neurobiológico es el de construir un nuevo programa cerebral que permita el uso optimizado de todas nuestros núcleos y potencialidades de nuestra biología, y ponerlo al servicio de nuestras metas.

Este programa basal usará al máximo nuestras capacidades de adaptación al entorno, sea este lo extremo que sea.

Entrenaremos nuestros cerebros para fortalecerlos y estirarlos al máximo, haciéndolos tan fuertes y flexibles como nos lo permita nuestra biología.

Un cerebro así diseñado y entrenado te dará una percepción de ti mismo muy superior a la actual y unas capacidades de desarrollo, creatividad, aprendizaje, transformación, motivación y energía muy superiores a la del ser humano medio.

Estas nuevas capacidades, este nuevo programa recién estrenado, no tiene límites de crecimiento y ,al igual que internet, se desarrollará infinitamente, con lo que te convertirás en un nuevo 

individuo o ser humano, que crece siempre, expandiéndose, en vez de encogerse con la edad, como la mayoría. 

Este cambio de percepción de sí mismo te dará la capacidad de acceder a tus niveles celulares y optimizarlos, rejuveneciendo desde dentro, desde el núcleo de tu sistema nervioso central, a todo tu organismo.

Esta nueva versión de ti mismo, optimizada y sin límites, se convertirá en una hiperactivación cerebral y nerviosa, que te permitirá logros antes inimaginables, y a una velocidad que tu imaginación del anterior perfil, nunca te permitiría ni soñar. 

Este contenido forma parte del curso Neurohacking, y del método de Entrenamiento Personal NeuroFit, creado por Pablo Fernández del Campo.

2 comentarios en “No existe la zona de confort

  • el diciembre 7, 2022 a las 4:45 pm
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    muchas gracias por tu comentario, y el mundo necesita oyentes y lectores como tú!

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